jueves, 10 de enero de 2013

¿La Profecía de hoy es verdadera?

Es muy cómodo llegar a un lugar y que te estén esperando, y que te admiren.    Es muy fácil decirle a la gente lo que quiere oír, exaltar su ego.     Pero si nos ponemos a observar a los profetas bíblicos, no era fácil su tarea.

Si estamos dispuestos a emularlos, siquiera llegar a sus talones, tenemos que aceptar el sacrificio.   Cuando estemos dispuestos a ir al metro y con un megáfono gritarle a la gente sus pecados y el plan para su salvación.  Cuando estemos dispuestos a ir a la Basílica y exhortar a los allí presentes a arrepentirse y abandonar la idolatría. Cuando estemos dispuestos a ir a Palacio Nacional y gritar que Cristo es el señor, y llamar al arrepentimiento.  Cuando nos presentemos ante el presidente, y le digamos que debe de abandonar el pecado, la corrupción y el robo.  Cuando lleguemos con Chavez o algún otro personaje publico,  y le presentemos el Evangelio de nuestro señor Jesucristo.  Cuando estemos dispuesto a recibir ofensas, a que nos escupan a la cara, a que nos griten locos endemoniados.  Cuando nos golpeen en una mejilla y pongamos la otra.  Cuando estemos dispuestos a arriesgar la seguridad de nuestra familia.  Cuando estemos dispuestos a exponer nuestra integridad física.   Cuando estemos dispuestos a morir por Cristo, entonces tal vez, y solo entonces,  Dios nos de una palabra para el pueblo o para alguien en particular.

Jesús lo dijo muy claramente:

Mateo 23:37
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! 38He aquí vuestra casa os es dejada desierta. 39Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Casi todos los profetas bíblicos, y apóstoles de nuestro señor Jesucristo, fueron asesinados, aún Pedro que negó a Jesús tres veces, tuvo el valor de rectificar y dar su vida por el.   El ser profeta no es una misión fácil.    Uno no elige ser profeta de profesión de Dios, Dios eligé a sus profetas.   

Es cierto que Dios puede hablar por sueños, visiones , etc.   pero eso no significa que se es un profeta cualificado de Dios.   Como ejemplo: Dios me ha hablado a traves de mi Madre, Hermanos o amigos; ¿Y como es esto?: En momentos de peligro para mi vida El les hizo saber el peligro por medio de un sueño, que después ellos me lo contaron por que sintieron la necesidad de decírmelo y de esa manera advertirme del peligro, que era un peligro real.  Esto lo considero un llamado de Dios, pero no los hace a ellos profetas "oficiales" de Dios, por decirlo de alguna manera.

Cuando yo empecé a ir a la iglesia pentecostés, la gente decía: Dios me hizo sentir decirte esto o aquello.   Pero ahora afirman: Dios me dijo, cuando estoy seguro que en la mayoría de las veces no les dijo nada.

En mi caso particular no me atrevería a afirmar : "Dios me lo dijo", si no oigo con mis oídos su voz, o tengo una visión, o un sueño que se salga de todo lo común, uno que me haga sentir muy fuerte que es especial, y además que sea congruente con la palabra de Dios.   Y siendo así, puedo decir que no creo que Dios me ha alla dado algún mensaje para alguien.

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